La batalla de Qadesh

La batalla de Qadesh

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Coordenadas históricas
La batalla, si es que se produjo, tuvo lugar en las afueras de Qadesh, a orillas del río Orontes, en torno al año 1.274 ANE -quinto año del reinado de Ramsés II.

Supuso el enfrentamiento del mundo indoeuropeo -hititas al mando de Muwatallis II- frente al oriental -egipcios al mando de Ramsés II. Si bien la raíz egipcia es africana, no es necesario destacar que sus rasgos culturales son claramente mas afines a sus vecinos orientales, pese a conformar un caso único.

Idealización de la batalla de Qadesh
Idealización de la batalla de Qadesh

Fuentes

  • Iconográficas: repartidas entre cinco grandes templos de Ramsés II.
  • Escritas: el boletín es especie de registro dividido en episodios donde se relatan aspectos concretos de la batalla. Aparece en las paredes de los templos, junto e intercalado con las representaciones. El poema de Pentaur: es una versión unitaria y de carácter literario. Se ha conservado una copia del original que no se encuentra relacionado ni adscrito a ningún templo.

Cuestiones a tener en cuenta

  • Qadesh era una ciudad fiel al rey hitita.
  • Lo que convierte a Ramsés II en agresor.
  • La batalla nunca se produjo, si hubo rencillas, pero el grueso del ejército de ambos bandos no participó.
  • Tras la batalla, continuó bajo poder hitita.
  • Si consideramos que en la antigüedad, el vencedor solía incorporar el territorio conquistado…
  • Se alcanza un pacto que convierte a ambos bandos en aliados.

Antecedentes
Durante el Reino Medio se fragua en Canaán una serie de tribus seminómadas en proceso de sedentarización. Son gentes de origen semítico que irán llegando a Egipto para emplearse en la servidumbre. Los egipcios los llamarán aanu -asiáticos. Se introducen en el estrato más bajo de la sociedad, pero poco a poco van siendo mayoría en algunas zonas y van accediendo al poder, hasta establecerse definitivamente en Avaris -ciudad de nueva fundación, al este del Delta, justo en la salida hacia Canaán- y establecer la dinastía XV de Egipto que gobernaría sobre el Bajo Egipto y su poder llegaría hasta el Medio. Se inicia así el periodo Hicso de la historiografía egipcia, caracterizado por:

  • Cerámica de Yahudiya -denominada así porque fue encontrada en Tell el-Yahudiya, literalmente colonia del judío-, de color negro bruñido e incisiones de pasta blanca. Era de pequeño tamaño y muy elaborada pues a la hora de comerciar era más rentable transportar piezas pequeñas de gran valor que grandes y de poco valor. Su distribución hace entrever una red comercial muy amplia y sofisticada (incluso adentrándose en el Mediterráneo).
  • Escarabeos azules y blancos que se encuentran juntos en las mismas zonas que la cerámica anterior.

El Palacio de Avaris conserva la misma planta que el de Mitanni, lo que hace sospechar una afinidad cultural. Asimismo en la escombrera de este poblado se han encontrado fragmentos de pared con pinturas murales de escenas típicamente minoicas (toros, taurocatapsia…)

Introducen en Egipto los équidos (eran caballos pero de menor tamaño que los que nosotros conocemos). Se trataba de un elemento de poder, no siendo rival para el camello en los desiertos.

Durante el Segundo Periodo Intermedio coexisten tres reinos en Egipto pues se mantiene una equilibro económico que beneficia a todos: el reino de Kush (al sur) extrae el oro, la monarquía tebana (en el centro) cobra las tasas comerciales y el reino Hicso (en el Delta) comercia con esas materias por el Mediterráneo. Por lo tanto es un momento de gran esplendor comercial.

Al final de ese período surge una nueva tentativa de reunificación desde el Alto Egipto que culmina con Ahmose, quién instaura la dinastía XVIII y se inicia el Imperio Nuevo. Estos nuevos monarcas heredan esas relaciones comerciales y surge el interés egipcio hacia el exterior por primera vez en su historia. Por el mantenimiento de esa posición de poder en el extranjero, es por lo que tendría explicación esta batalla y otras muchas acciones militares con el mismo fin. La proyección hacia el exterior no entraba dentro de la mentalidad egipcia debido a su particular cosmovisión: si morías en el extranjero era imposible alcanzar la Otra Vida. Esto obedece a una fuerte supraestructura ideológica que incluso se situaba por encima de la estructura económica.

Biblos, además de poseer una excelente madera de cedro, es la ciudad donde convergen todas las caravanas que vienen del lejano oriente. Egipto siempre obtiene los productos de lujo mediante intermediarios (comercio secundario), por lo que su intención al controlar estas rutas no es explotarlas comercialmente sino garantizar su seguridad y que el comercio fluya con regularidad. A cambio se exportaba el papiro (por ello esa nombre pasó a llamarse así), que era un monopolio Real.

El primer encuentro
Thutmosis III (dinastía XVIII) es el primero en enfrentarse por estas nuevas zonas comerciales. Finalmente se alcanza el status quo con los mitannios, que será consolidado con el matrimonio de su hijo Akhenatón con una princesa mitannia y corroborado con la abundancia de correspondencia real del periodo. La crisis llega cuando los hititas conquistan Mitanni y absorben sus áreas de influencia. Además en Egipto estaba pasando por su propia “guerra civil” (periodo de El-Amarna), que culminará con la subida al poder de una nueva dinastía que ya no conserva el pacto con Mitanni. El enfrentamiento de ambas potencias es inevitable: los hititas tenían claras intenciones expansionistas y los egipcios no van a ceder los beneficios que les genera el comercio con el Levante Mediterráneo.

El enfrentamiento
Está muy bien representado, por lo que debió de ser una batalla muy importante, o bien no lo fue y si un fracaso y en el intento de manipularla, para evitar problemas internos o la usurpación de trono, se magnificó. Los textos hititas ni la mencionan, sólo el tratado que se produjo años después.

En principio se acordó el enfrentamiento en Alepo (mucho más al norte) pero los hititas urdieron una especie de emboscada aprovechando la orografía del terreno de Qadesh. Se escondieron detrás de esta ciudad (situada en un montículo) de modo que les cubriese ante el avance egipcio (que protegía su flanco derecho por el río Orontes) para atacarles, una vez que estos estableciesen su campamento al otro lado de la ciudad, atravesando un vado del río que permitía el paso de un pequeño contingente de carros (algunos investigadores piensan que en realidad no se trató de un ataque deliberado, sino de simples exploradores).

El ejército egipcio se encontraba dividido y en minoría pues las otras compañías marchaban detrás dejando, como era la costumbre, un entero.

Esquema con las fases de la batalla de Qadesh
Esquema con las fases de la batalla de Qadesh

La hazaña personal
El texto en esta parte se vuelve un mero discurso del monarca para dar a conocer que la “victoria”  fue una acción individual asistida por la intervención y protección de Amón. El ejército huye y abandona a Ramsés, quien pudo verse en serios problemas por conservar su vida (llegando incluso a elevar una oración).

Tacha de criminales a su ejército y a la mañana siguiente pudo darse un decimatio (ejecución en masa de los cobardes ante el enemigo como sacrificio de tipo ritual pero también como ejemplo para los soldados). El determinativo egipcio de rebelde es un hombre atado y con la cabeza sangrante.

Ante este panorama tan caótico, Muwatallis, que era un gran estratega, supo aprovechar la situación para plantearle la única salida que le quedaba: un pacto. Al monarca hitita no le interesaba derrotar a los egipcios pues sabía que se repondrían y volverían (no obstante, en su país gozaban de lo básico para mantener un ejército, alimento y oro en abundancia).

Conclusión
La intención del texto no es la narración de una batalla (que por otro lado debió de ser de las menos significativas) sino mostrar la legitimidad de un monarca y de la represión que será ejercida contra aquellos que se levanten contra él. La batalla en sí es una herramienta (excusa) para mostrar esto, ya que no se entendería moralmente que se hablara sobre el castigo sin tener algún motivo que lo justificase (la cobardía en este ejemplo, pero podría ser cualquier acto indigno o que fuese en contra de los deseos del faraón).

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