Entropía urbana

Entropía urbana

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¿Qué entendemos por entropía urbana?

El surgimiento y la caída de las ciudades antiguas siempre han sido un tema fascinante para aquellos interesados en las culturas antiguas. Uno de los conceptos más intrigantes relacionados con la decadencia de los grandes y populosos centros urbanos se conoce como entropía urbana. Se puede definir por entropía urbana al proceso gradual que lleva al desorden y la desintegración de las ciudades con el tiempo.

Es casi un tópico decir que las ciudades no son sus calles, o sus casas, o sus alcantarillas, sino que son, básicamente, las personas que las habitan. Sin embargo, las ciudades que lo fueron en su momento y que ahora son simples ruinas arqueológicas somos capaces de reconocerlas como tales. Por una parte, las ciudades sobreviven a sus gentes, pero también puede darse el caso aparentemente contrario: una ciudad sujeta a una destrucción por causas naturales o artificiales puede ser reconstruida, incluso en un emplazamiento distinto, sin perder su identidad. Nuestra primera tesis es que este reconocimiento se deriva del hecho de que hombres y mujeres han conseguido establecer sobre el territorio un orden diferente al que existía.

A medida que los arqueólogos excavan las ruinas de ciudades antiguas como Pompeya y Angkor, a menudo descubren los restos de la entropía urbana. Las causas de este declive varían, desde desastres naturales hasta desastres provocados por el hombre, y el impacto puede ser devastador, llevando a la desigualdad social y económica, la corrupción y el crimen. La caída del Imperio Romano y la civilización Maya son algunos ejemplos de las consecuencias de la entropía urbana.

La ciudad es entendida en casi todas las definiciones tradicionales como algo distinto del campo. La importancia que a lo largo de los años la humanidad ha concedido a esta identificación se concreta en el cuidado que ha tenido a la hora de fijar físicamente esta separación, de tal forma que en todos los ritos fundacionales de la ciudad, el correspondiente a la delimitación del ámbito que abarca es de los más importantes. Así, Rykwert afirma -refiriéndose a la fundación de la ciudad de Roma- que
la parte más importante de todo el rito fundacional, era la apertura del
surcus primigenius, el surco inicial”. Esta línea de separación entre lo que sería la ciudad y el resto del territorio era tan importante que los muros construidos siguiéndola eran sagrados, mientras que las puertas (únicos elementos de conexión con el exterior) estaban sometidas a las leyes civiles. La narración de la fundación mítica de Cartago por la reina Dido, en el interior del recinto delimitado por la unión de las finas tiras de su capa, adopta una forma similar. Esta fundación inicial nace con vocación de mantenimiento, de permanencia a lo largo de muchos años. Muros, murallas, cercas o fosos van a establecer la separación entre dos mundos y permitir conocer de forma inequívoca qué partes del territorio estaban ordenadas de forma distinta. El límite se vincula a la identidad. Existe un dentro y un fuera no pocas veces sometidos a regímenes legales y de dominio muy diferentes.
Dentro de estos límites, la sociedad urbana construye un orden diferente del exterior. Manipula el espacio para dar lugar a unas estructuras distintas. Esta manipulación no es, inicialmente, gratuita, sino que responde a motivaciones más o menos conscientes. Para la sociedad urbana se trata, por una parte, de convertir un espacio natural cuyo comportamiento le resulta difícil de predecir en un medio mucho más aprensible, de relaciones conocidas y que genere un espacio de certidumbre para llevar a cabo el conjunto de actividades que la definen como tal sociedad: domesticar, en el más preciso sentido de la palabra, la naturaleza.

La ciudad es el ente más representativo de las aspiraciones del ser humano por domesticar la naturaleza.

La ecuación de un concepto

El auge y declive de una ciudad se puede medir y estudiar desde muchos puntos de vista, porque lógicamente raro es el caso en el que existe una causa única. Por ejemplo, muchas ciudades terminan su esplendor por un incendio, pero ese incendio lo más probable que haya sido provocado por un ejército invasor de un estado vecino al que se le ha ido trasvasando el poder del que antes gozaba la ciudad o estado que ahora yace en ruinas. Por ello, y con el único objeto de encontrar y poder explicar las múltiples causas que conducen a la ascensión o la caída de una urbe vamos se ha ido gestando y aglutinando en un único término: entropía.

En una ciudad próspera, la energía está equilibrada, si extrae más energía del medio de la que aporta a él, entre en declive.

Según un estudio publicado en la revista Science Advances en 2021, la entropía urbana puede ser medida a través del análisis de patrones de distribución de asentamientos, infraestructura y actividades humanas. Los investigadores encontraron que las ciudades más grandes y densamente pobladas tienen una mayor entropía urbana, lo que significa que están en mayor riesgo de sufrir un colapso.

Cualquier persona interesada en las culturas antiguas, comprender el concepto de entropía urbana es imprescindible. Ya sea que estés explorando un yacimiento golpeado por el tiempo, el centro histórico de una ciudad o leyendo sobre antiguas urbes en libros, reconocer el impacto de la entropía urbana en estos centros urbanos puede ayudarte a obtener una apreciación más profunda de la complejidad y fragilidad de las civilizaciones humanas a lo largo de la historia.

La entropía urbana es una realidad que ha afectado a muchas ciudades antiguas en todo el mundo. Al explorar este concepto, podemos obtener información valiosa sobre el surgimiento y la caída de estos centros de poder y aprender cómo construir mejores ciudades para el futuro.

Los mejores ejemplos, las civilizaciones más avanzadas

La ciudad de Tikal, en Guatemala, es un ejemplo de cómo la entropía urbana puede afectar a una ciudad antigua. Tikal fue una ciudad maya que llegó a tener una población de más de 100.000 habitantes en su apogeo. Sin embargo, a medida que la ciudad creció, su infraestructura y sistemas de agua y drenaje no pudieron mantenerse al día, lo que llevó a la escasez de agua y a la degradación de la calidad del agua. Esta falta de infraestructura y recursos básicos contribuyó al eventual abandono de la ciudad. Continuar leyendo…

La ciudad de Roma es otro ejemplo de cómo la entropía urbana puede afectar a una ciudad antigua. Durante la Edad Media, Roma experimentó una disminución en la población y una falta de inversión en la infraestructura. Como resultado, muchas de las estructuras antiguas de la ciudad, como acueductos y calzadas, cayeron en desuso y se convirtieron en ruinas. Sin embargo, estas ruinas fueron preservadas y eventualmente se convirtieron en una atracción turística popular en la actualidad. Continuar leyendo…

Es crucial comprender el concepto de entropía urbana y sus implicaciones para construir y expandir la ciudad del futuro del modo en el que el colapso de la misma no se llegue a producir o, la medida de lo posible, demorarlo. Al reconocer las causas y consecuencias del declive de las ciudades, podemos aprender del pasado y construir ciudades más resilientes y sostenibles para el futuro, con un urbanismo mucho más económico y ecológico que mediante la a innovación y la renovación nos permitan encontrar ese equilibro entre civilización y mundo natural que desde los inicios de la humanidad han estado enfrentados.

Metrópolis del siglo XX

A medida que surgen nuevas formas de urbanismo a partir de las ruinas de lo antiguo, podemos presenciar la transformación de las ciudades antiguas en yacimientos museizados o reconvertidos en nuevos usos que preservan nuestro legado y ofrecen una visión del pasado que nos acerca cada vez más a encontrar la solución a la fórmula.

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